Convocatoria 2009

Florencia Quiroga - Guadalupe Aller - Guadalupe Sánchez Abchi - Micaela Ventureira

Octubre 2009

 

"La ciudad donde uno vive, la gente a la que uno quiere, las cosas que nos pasan y forman parte de nuestra historia, los objetos que contribuyen a definir nuestra identidad; lo que pasa, lo que queda; situaciones, imágenes, impresiones, destellos que integran nuestro presente; un presente a todas luces subjetivo; como el recuerdo. El pliegue y repliegue de los días marca el pulso de nuestra mirada. Mirada que investiga, que recorre y se desliza por la superficie de las cosas; se detiene, penetra, interpreta, vuelve inteligible el infinito mundo que nos rodea. La mirada es un fuego, un barniz, un conjuro; una trama de posibilidades hechas luz, sentimiento, atracción, belleza. El valor de lo observado, de aquello que la mirada conserva. El valor de lo que el ojo guarda para sí, en esa inaccesible intimidad que es la memoria. Es así que cada momento es un universo de potencialidades, de direcciones y horizontes alcanzables. Cada bifurcación, una posibilidad y un interrogante; cada paso una certeza más y no por eso una duda menos. El crujido de la buena madera de nuestro ser ardiendo e iluminando, compartiendo su calor; llama que llama y que convoca y que concentra, que agrupa y aglutina".


Manuel Pascual 

 

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Festival de la Luz 2008

Santiago Porter

Marzo 2008

 

La ciudad posmoderna alude menos a un nuevo estilo arquitectónico o urbanístico que a una nueva vivencia, nuevos modos de percibir y habitar nuestras urbes. No importa cuán antiguas y diversas, las ciudades hoy son experimentadas como una superficie escenográfica indiferenciada donde todos los fragmentos, desprovistos ya de raíces, parecen hilvanarse sin interrupción. Inmensos espacios carentes de tiempo. Es conocido el diagnóstico de Fredric Jameson: actuamos como sujetos flotantes incapaces de determinar el sentido de los lugares que transitamos y de tener conciencia de nuestra posición con respecto a ellos.

La fotografía contemporánea abunda en representaciones de estos llamados no lugares. Grandes lobbies, aeropuertos, interminables monoblocs en el cinturón externo de cualquier gran ciudad del mundo. El arte da cuenta de un nuevo sublime: ya no es la escala del paisaje, como pensaba Kant, aquello que nos pasma, sino la inconmensurable sensación de ubicuidad. Sentimos que estamos en todas partes y en ninguna.

Santiago Porter camina por Buenos Aires, desde la Escuela de Mecánica de la Armada, que durante la dictadura militar funcionó como campo de tortura y exterminio, y llega hasta los nuevos barrios de Puerto Madero, símbolos de la pujanza aristocrática neoliberal de los noventa, y se resiste a confundirse con la mirada indiferente o desprevenida de los transeúntes. ¿Puede la fotografía arrancar determinados edificios que fueron emblemáticos de la amnesia cotidiana? ¿Puede la vista de un sitio inhabitado evocar la historia de un pueblo? ¿Puede una imagen fija contener la fatigosa duración de la historia?

Las fotografías de Santiago Porter construyen ruinas. Ya no es la simple imagen de un edificio abandonado sino de restos que pueden ser interpretados, indicios que reclaman el ejercicio de la memoria. Gran formato, color, excelencia técnica, y un lenguaje visual que parece neutral, que opera en el espectador una suerte de pacto secreto: hagamos de cuenta que el fotógrafo no está y que algo ha llamado nuestra atención y nos ha arrebatado por un momento de nuestra ciega rutina.

El parecido formal con cierta tradición fotográfica alemana (de Ranger Patz a los Becher y de los Becher a Thomas Ruff) es inconducente salvo por un detalle: la influencia de la estética fascista en la arquitectura argentina de la posguerra. ¿Cómo lograr, sin decir una palabra, con un simple disparo fotográfico, que un yuyo insignificante, una pequeña grieta, se traguen –por así decir- toda su retórica y puedan mostrar aquello que esa fachada imponente oculta? Más relevante sería recordar la intervención de Hans Haacke en el pabellón alemán de Venecia, cuando convirtió el lenguaje monumental del Nazismo es un falso decorado sostenido delante de un campo minado.

Santiago Porter comparó alguna vez sus tomas de fachadas con retratos: esas grietas cuentan historias como las arrugas de una cara la vida de una persona. Pero hay algo más: él logra convertir a estos monumentos impertérritos en rostros que nos miran. Lo ajeno se vuelve una otredad que apela a nuestro pensamiento. Nuestro derecho a recordar. A participar de la construcción colectiva de la historia. Finalmente, el artista despeja otro olvido que la Posmodernidad hizo frecuente: detrás de toda estética documental subyace un fundamento ético: una imagen que pueda provocar conciencia y compromiso.

Valeria González

 

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Federico Andrade - Selva Orfila

Agosto 2008

 

En su ensayo sobre la obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, Walter Benjamín propone el concepto de “inconciente óptico” para referirse a las dimensiones que pasan desapercibidas al ojo consciente educado en la civilización de la representación. La fotografía y toda otra serie de dispositivos tecnológicos hacen posible la percepción de aquello que no puede ser visualizado de otra forma. De este modo, gracias a estas mediaciones técnicas se hace visible lo no visible y lo no visto se integra al imaginario. Las tecnologías no sólo construyen imágenes sino también a los sujetos que las hacen propias. Analógica y digital, la muestra Inconciente Óptico, hace tangible algunas de las discusiones benjaminianas, al ofrecer unas imágenes producidas a través de prótesis tecnológicas de complejidad radicalmente diferente donde el espacio se hace tiempo y el tiempo espacio. Orfila trabaja con una cámara estenopeica, una cámara sin objetivo donde la imagen surge cuando la luz que penetra dentro de una cámara oscura por un pequeño agujero —el estenopo— impacta sobre una película fotosensible. Esta cámara permite obtener imágenes con una profundidad de campo infinita. Andrade, experimentando con técnicas digitales, ya no precisa modificar la luz o el soporte material de la fotografía sino que sintetiza una imagen a través de la manipulación de píxeles. Partiendo de la práctica fotográfica e incorporando influencias de otros lenguajes como la pintura, el cine y los medios digitales, en sus imágenes, realidad, simulación y artificio conviven simultáneamente.

 

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Juan Erlich

Junio 2009

 

Con el nombre de diorama conocemos a un dispositivo de entretenimiento masivo inventado por Daguerre en 1822 y a los mundos en miniatura o a tamaño real que encerrados en una caja de cristal se pueden ver en algunos museos, especialmente en los de Historia Natural. Juan Erlich, con sus collages digitales evoca ambos sentidos. Cámara en mano, el artista fotografió paisajes y animales para luego montarlos en unas escenas donde el tiempo desapareció. A través de perspectivas falsas, modificaciones de la escala de los objetos y manipulación de su disposición en el plano, se crea la ilusión de realidad y la profundidad del espacio. Pero lejos de ofrecernos una representación de lo ya conocido, estas escenas nos introducen en ecosistemas mágicos, fragmentos del Paraíso y universos sociales.Congelados en papel fotográfico se disponen ante el espectador unos mundos tan pacíficos, ordenados, pulcros y fantásticos como diferentes de nuestro cotidiano. Falsificaciones de animales humanos y de los otros, las fotografías de Erlich introducen la sospecha acerca del carácter natural de las cosas y afirman la hermosura de las diversidades posibles. 

Gustavo Blázquez

 

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Conmemoración 90 años de la Reforma Universitaria de 1918

Junio 2008

 

Los jóvenes universitarios cordobeses propusieron hace ya noventa años otros modos de entender y hacer política y educación tanto dentro como fuera de los claustros universitarios. Para celebrar este movimiento iniciado en Córdoba y proyectado a toda América Latina, la Facultad de Ciencias Económicas propone una Situación artística destinada a estimular la participación de la comunidad en este nuevo aniversario de la Reforma Universitaria de 1918.
En los primeros años del siglo pasado los estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba iniciaron un movimiento que se expresó con toda su fuerza en el “Manifiesto Liminar” publicado el 21 de junio de 1918. Los reformistas no piden sino que exigen cambios en la enseñanza y en la sociedad que aseguren la democracia, la autonomía, el cogobierno, los concursos docentes, la periodicidad de la cátedra, la docencia libre, la cátedra paralela, la libre asistencia a clases, la extensión universitaria. Los jóvenes le dicen a Córdoba y “a los hombres libres de Sud América”: “Los dolores que quedan son las libertades que faltan”. “¿Están con nosotros?” preguntaron los cordobeses a los estudiantes porteños quienes respondieron “Estamos en el espíritu y en el corazón”. La rebelión había comenzado.


Gustavo Blázquez

 

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Belén Martinez

Agosto 2002

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Flavia Caminos

Mayo 2009

La artista se casa de blanco y se retrata con su consorte. Siempre un conyugue diferente; a veces un varón, otras veces una mujer. Con cada sí dado el tocado de la novia crece y las flores del ramo se multiplican como los panes y los peces. Cada una de las fotografía exhibe un joven matrimonio ostentando el reciente estatus adquirido orgulloso de la monogamia dominante. Los nuevos esposos se miran tiernamente o dirigen su ojo a los futuros espectadores. Sin embargo, en su repetición, Flavia Caminos se transforma en una polígama serial.  
Me quiere, me quiere, me quiere. ¿Me quiere? ¿Te quiero? ¿Nos queremos? ¿Qué queremos? Dichas una y otra vez las palabras buscan hacerse realidad. Repita tres, seis, nueve, noventa y nueve veces y sus deseos se cumplirán. “San Antonio, San Antonio, traeme un novio”. En algunas ocasiones, de tanto decir, las cosas acontecen. Esta serie de foto-performances denuncian por medio de una poética de la hipérbole el sentido ominoso presente en la repetición creadora de las palabras y de los actos. Cada vez es (casi) diferente y (casi) siempre la misma, parecen decir las imágenes. Huellas de lo mismo que es diferente, ¿es eso el amor conyugal?


Gustavo Blázquez

 

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Mónica Jacobo - Pablo Zicarello

Septiembre 2008

 

Jacobo nos acerca uno de sus habituales ejercicios poéticos donde explora las tensiones surgidas entre la realidad y sus representaciones. En esta oportunidad la artista rinde un homenaje a la fotógrafa y suicida Diane Arbus (1923-1971), la primera fotógrafa norteamericana en participar en la Bienal de Venecia con sus series de gemelos, gigantes, enanos, chicos con granadas de juguete entre sus manos, exhibicionistas, y latinos. Toda una colección de seres desviados de los cánones estéticos y morales de los tempranos años ´60.  Jacobo transforma los personajes retratados por Arbus en inexpresivos e idénticos muñecos de fisonomías seriadas. La representación de la representación que nos ofrece la artista produce un gélido vacío cuando los cuerpos despreciados de antes son reemplazados por aquellos inocentes juguetes nacidos en la crisis petrolera de los años ´70,  los Playmobil.  Casi caníbales e incestuosas, las obras de Mónica, muestran que la realidad devino no sólo espectáculo, sino también juguete. “El mundo del juguete”.

Zicarello nos ofrece una serie de fotografías donde, a partir de estrategias comunes a la fotografía publicitaria de estudio, retrata las etiquetas autoadhesivas que indican los precios de los objetos en venta. En estas obras, las técnicas publicitarias ya no construyen una mercancía apetitosa, brillante, deseable. En su lugar, se retrata con el mismo cuidado, el sticker siniestro que siempre denuncia el carácter de mercancía que poseen las cosas en este mundo. Casi pornográficas, las obras de Pablo exhiben a todas luces aquello destinado a permanecer oculto. “Le sacás el precio. Es para regalo!!”.   


Gustavo Blázquez

 

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El Mayo Francés en la Fotogalería

Adalberto Ipohorski - Ianina Ipohorski

Mayo 2008

Recordando los cuarenta años del Mayo Francés, la FotoGaleria de la Facultad de Ciencias Económicas y la Cátedra de Historia de la Cultura de la Facultad de Filosofía y Humanidades llevaron a cabo jornada de participación activa y recreativa. El evento es definido como una situación, es decir, un momento de la vida construido concreta y deliberadamente para la organización colectiva de un ambiente unitario y de un juego de acontecimientos. Para crear esta situación se produjeron tres actividades:

Serigrafía al aire libre

Un grupo de artistas de Córdoba y Buenos Aires imprimieron con técnicas serigráficas, [en el material que acerque el público], alguna de las consignas, acompañadas de una imagen en colores rojo y negro. Las obras impresas, posibles de ser definidas en términos estéticos como detournements,  también fueron expuestas en la sala de la FotoGalería.

Proyección: La Sociedad del Espectáculo - Presentación Gustavo Blázquez

Se proyectó el film  “La sociedad del Espectáculo” del cineasta y filósofo francés Guy Debord (1931-1994), fundador de la Internacional Situacionista, una de las corrientes estéticas, filosóficas y políticas más influyentes en el Mayo francés. La presentación del film y el debate posterior estuvieron a cargo de Gustavo Blázquez.

Muestra Fotográfica:

Licenciado en Física y fotógrafo aficionado, en 1968 Adalberto se encontraba en París con una beca. Durante los acontecimientos de Mayo del 68 tomó fotografías en película diapositiva. Estas fotos quedaron en el archivo familiar junto a otras de París y otros viajes pero nunca fueron copiadas. Su hija fotógrafa, Ianina Ipohorski, las encontró mucho tiempo después. Su idea para esta muestra fue generar un contrapunto entre la fotografía como documento, con toda su carga histórica y su dimensión más íntima, la de su memoria familiar.

 

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Convocatoria 2010 | Miradas de un médico sin fronteras

Mario R. Duran

Noviembre 2009

 

Lejos de las imágenes de los cronistas de guerra que buscan el mejor ángulo, la iluminación adecuada y el instante perfecto para con su click! atrapar el horror, y también lejos de las pretensiones de tantos artistas que, a través de obras cuidadas y repletas de valores clásicos, estetizan la miseria, la pobreza y el abandono, Mario Durán se desentiende de estas obligaciones para simplemente tomar fotografías. Registrar. Él esta ahí, nosotros no. Y ahí está la guerra, el campo de refugiados, los niños sin padres, el hambre, las vendas manchadas de sangre, el adolescente que se apoya en una muleta.
Mario nació en Villa Huidobro y viajó por (casi) todo el mundo en un recorrido que difícilmente formará parte de las guías turísticas de la época de la guerra fría: Angola, Líbano, Kurdistán, Pakistán, Afganistán, Chad, Mali, Yugoslavia. Estudió medicina, ganó premios de cirugía, vivió en París, y participó en la fundación de las asociaciones “Médicos del Mundo”, “Cirujanos del Mundo y “Médicos sin fronteras” que recibió el Premio Nobel en 1999. Fue ciudadano ilustre de Villa Dolores y murió en Las Tapias en 2007. Sin duda alguna, su vida fue singular como la de quienes atendió como médico y retrató como humanos.  
En un planeta que se convierte en escombros y rezagos, sus fotografías conservan el amor a la vida, el sentido de la solidaridad y la urgencia de encontrar un sendero hacia la felicidad.

Gustavo Blázquez

 

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Res - Constanza Piaggio  Abril 2008

Res - Constanza Piaggio

Abril 2008

 

Conatus, según el filósofo del siglo XVII Baruch Spinoza, es la tendencia de todos los seres a perseverar en la existencia, a mantener y abrir al máximo su capacidad para ser afectado así como el esfuerzo por aumentar la fuerza de vivir o experimentar pasiones alegres. Con estas ideas de perseverancia y apertura hacia la existencia alegre, los artistas Res y Constanza Piaggio nos ofrecen un conjunto de imágenes visuales que reflexionan acerca de la perspectiva, la pintura y la fotografía como modelos teóricos que construyen nuestra percepción del mundo.
Según demostraron las ciencias de las Artes, la perspectiva renacentista no es sino un forma simbólica, un dispositivo de fuerzas, un artefacto cultural históricamente situado que ordena la realidad visual conformando un específico modo de ver. La crisis de este modo de representación junto con el de la sociedad que le dio sentido trajo asociada la invención de otros sistemas de representación del espacio ampliamente explorado por las vanguardias históricas. La obra de los artistas visuales que presenta la Fotogalería se entromete en estos desarrollos históricos de las visualidades occidentales para cuestionar una vez más los modos en que vemos el mundo y hacer saltar de nuestro inconciente óptico los dispositivos que naturalizan estos modos de ver que son también modos de ser.
Estas obras, según los propios artistas “refieren a famosas pinturas pero están surcadas por lo que vivíamos mientras las hacíamos, por las imágenes que circulan en los medios y en la web. A veces creemos haber logrado algo, creemos haber hecho las fotos apropiadas. Tal vez sólo se trató de Conatus, de perseverar en la búsqueda de una imagen improbable, de creer en algo”.

 

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